Pues sí, hubo más Morats. Dos noches seguidas concretamente. Ayer debería haber hecho la entrada con la crónica de la primera noche… pero me dejaron demasiado reventado como para cumplir con mis obligaciones y encima tener tiempo para escribir aquí. Así que vamos a remediarlo.
Mi segunda noche con los Morats empezó viendo al “Primo de David Civera” (buscar en youtube para mayor información) cantar afinando mucho, pero que mucho, mucho… lo cual ya fue empezar a lo grande. También aproveche para conocer al premio de innovación que se llevaron los Morats por la construcción
de Santa Teca, de la que adjunto foto.
Después de la actuación y de visitar el local de geganters para ir a recoger bebida, porque como ya dije ayer para los de Mollet salir de fiesta es como trabajar por lo que no quiero imaginarme como será cuando dicen que se van a trabajar de verdad, tuvimos un rato de descanso antes de empezar el servicio de bar en la Humer (con una sola M, ojo) sitio mismo en el que cenamos. Importante, no sabéis lo que es un bocadillo de verdad hasta que no hayáis cenado con esta gente. Si alguna vez os dejáis caer por Mollet preguntadles donde queda el Bar Europa y pedid un bocadillo y encontrad un sitio donde poneros cómodos, porque tenéis para rato.
Después de cenar empezamos el servicio de bar con el monólogo de Txabi Franquesa (Paramount Comedy) como espectáculo. ¿Os acordáis que hablé de los Torrats y los Morats y de las pruebas que hacían? Bien pues luego os hablaré de las pruebas, pero otra de las cosas que hacen es organizar conciertos, barras de bar, espectáculos de monólogos (vamos, lo normal que haces cuando sales de fiesta: pegarte un panzazo de currar desde meses antes de la fiesta). Pero a lo que iba, monólogo de Txabi Franquesa que fue tremendamente desternillante. A mí al menos se me saltaban las lágrimas y problemas tuve para ir sirviendo las copas mientras le escuchaba.
Un rato más tarde me escaqueé del servicio de bar unos minutos para echar un ojo a uno de los actos de quizá mayor fama: la carrera en ropa interior por categorías (infantil, femenina y masculina) a eso de las 12 de la noche. Popularidad de más si me permite la opinión puesto que es una simple carrera de recorrido no muy largo de la que apenas ver pasar los participantes. Otorga bastantes puntos para la competición, eso sí, y lamentablemente Morats solo pudo hacerse con uno de los tres puntos disputables. También diré que fue realmente divertido estar echando cuentas y apuestas con Montserrat Tura (nota para los de fuera de Catalunya: Montserrat Tura fue Consellera de Interior una legislatura y de Justicia otra en los últimos siete años... y alcaldesa de Mollet durante muchos años) con quién apuntito estuve de bailar el “Ball del Fanalet” la noche siguiente, pero eso sería adelantar acontecimientos.
Y a partir de ahí… Bien, a partir de ahí empezó la juerga padre. Al ladito del bar móvil teníamos un escenario en el que un grupo contratado por los Morats organizaba un baile de Grease. Sí, sí, de Grease. Para que hablar de la banda sonora, que seguro que ya os aparecerá en la cabeza, pero allí estábamos con la elección del rei y la reina del baile, con un concurso de baile, con bolas de espejos… incluso uno apareció con la chaqueta del Instituto Raider!! Lástima de no tener fotos, porque os juro que hubo momentos absolutamente increíbles (como la actuación estelar de nuestro querido Marçal, del que por cierto todavía no tengo el autógrafo que le pedí ;-P).
Ahí tenéis una vista del bar. |
Y del baile a la fiesta de la espuma, de la que me libre tras algunos (tímidos, debo admitir) intentos de arrastrarme a ella. Y así, con la mitad de la gente con necesidad de entrar en calor comenzó, sin quererlo ni proponerlo, una pequeña competición acerca de la preparación del mejor chupito… Competición que me llevó a descubrir una bebida bastante famosa por allí denominada TombaTorrats (que yo no sé si tumba Torrats, tiene fama de conseguirlo, pero desde luego hace estragos entre los Morats) de la que me tomé unos cuantos, un par de ellos preparados por el artífice de la bebida (Mark, de uno de ellos creo que me acordaré toda la vida, suerte del pequeño consejo para digerirlo). Según ellos es una mezcla de un par de bebidas… Yo coincido con Isidre diciendo que aquello llevaba gasolina, y si le ficharon para hacer una película como Cocktail es que algo debe saber de preparar combinados ¿no?
En fin, que la noche terminó como solo pueden terminar estas noches. Todos sentados hablando, una guitarra que todavía no sé de donde apareció (sorprendentemente a un volumen de voz que poco podía molestar a los vecinos), algunos riendo más de la cuenta y con un buen señor dando vueltas al parque.
Para que os hagáis una pequeña idea de la magnitud de la tragedia un servidor perdió el primer tren de vuelta a Sant Cugat porque todavía seguía la juerga y acompañaba a gente a casa. Pero tampoco acabé ahí la noche, de camino a la estación un agradable caballero tuvo la amabilidad de ofrecerse (con un argumento de peso, o más bien la amenaza de un argumento contundente por parte de su puño) para aligerarme del peso de mi cartera (podía apreciarse claramente el cansancio en mi rostro debo suponer, para tan gallardo ofrecimiento), un gesto que por generoso y por ahorrarle la molestia me limité a declinar. Uno podría decir que la cosa habría acabado con un conflicto de intereses (del que tampoco diré que tuviera certeza de salir airoso entre cargado y destrozado como iba) pero los hados y la fortuna tuvieron a bien de apiadarse de mí, o quizá como decía Sabina “solo sé que algunas veces, cuando menos te lo esperas, el diablo va y se pone de tu parte”, y un par de Mossos (Policia autonómica de Catalunya) hicieron su aparición estelar en la esquina apenas a 4 metros. Mossos a los que interpelé preguntando con un grito por si sabían donde quedaba la estación de Renfe (de la que dicho sea de paso me hallaba solo a un centenar de metros si cab) y que sorprendentemente no parecieron gustar a mi augusto salvador quién puso pies en polvorosa más rápido que un rayo. Pero lo peor no fue eso, supongo que estaba demasiado cansado incluso para asustarme en esos momentos, lo peor fueron los 40 minutos en la estación de Sant Fost pensando: “No te duermas, no te duermas, no te duermas, no te duermas…”
Y con esto, y a eso de las 8:20 de la mañana llegando a casa, acabé mi segunda noche con los Morats. Puede que parezca accidentada o desagradable con este par de anécdotas finales. Nada más lejos de la realidad (¿Para que habría vuelto una tercera noche de ser así?), si soy sincero creo que fue una de las noches más divertidas de los últimos meses. Y además descubrí que mi tía (que es monja de la Compañía de María y que estuvo en Mollet durante muchos años haciendo labores sociales en los barrios) dejó un recuerdo entrañable en mucha gente y estoy deseando que vuelva del Líbano la semana que viene para contárselo en persona y ver como se emociona al saberlo.
Pero en fin, es tarde y tengo que descansar. Así que mañana haremos la última entrada con la última noche de Fiesta Mayor con los Morats de Mollet. Ya sé que no tiene la misma calidad literaria que el "El Be Violat" (Un periódico cuartilla tamaño A5 que se edita cada día de Fiesta Mayor con una satírica crónica de lo acontecido la víspera, filtra noticias y comidillas acerca del Ayuntamiento y las Collas o críticas a la situación política del municipio. Lo cual considero tiene mérito con lo mucho que "Salen de Fiesta" esta gente -entre comillas porque ya sabéis que la expresión salir de fiesta equivale a trabajar en Mollet-.) puesto que yo no tengo a la Regidora de Cultura como ferviente lectora pero se hace lo que se puede.
Ale, hasta la próxima entrada.
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