martes, 20 de diciembre de 2011

Del día que compré un décimo de lotería

Ayer comentaba que había tenido una apacible y agradable mañana buscando botas para la campaña antártica. Si bien fue una mañana tremendamente agradable, quizá con lo de apacible exageré un poquitín…  La verdad es que tuve yo un susto de muerte y hasta pensé que no lo contaba. Lo cual hubiera sido una gran decepción para el club de fans de mi “muerte por morsa fogosa” en el viaje que está al caer, pero de esos energúmenos si eso ya hablaremos otro día.

Estaba yo mirando cosas en una de los locales de Balmat (algo cara, pero sin duda la mejor tienda para material de montaña en Barcelona y con diferencia) en Gran Vía de les Corts Catalanes cuando el andamio, el mismo por el que yo acaba de pasar por debajo (y no, yo no tuve nada que ver, antes que salgan los primeros Troll), simplemente cedió. Los hierros de las patas de abajo se combaron al peso, pero la misma estructura del andamio impidió que se desmoronara directamente. Cayeron varios trozos de balcones y parte de la fachada que cayeron a la acera. Después de un minuto muy pero que muy largo en el que nadie se movió un ápice y de un silencio muy tenso, pues todos nos quedamos entre asombrados y expectantes a si acababa de caer o no la totalidad del andamio, un par de mossos que pararon con su coche en un lateral del mismo nos ordenaron a gritos que saliéramos de la tienda. Orden a la que debo añadir que nadie rechistó.

Luego lo habitual. Bomberos, ambulancia, mucha policía, gente imbécil con ganas de matarse (o lo que viene a ser lo mismo: gente a la que le puede el morbo y la curiosidad y se pegan a las cintas intentando enterarse de todo… y que no se dan cuenta que si el andamio se cae hacia adelante en lugar de sobre si mismo les va a matar) (Claro que creo que a eso Darwin lo denominaba selección natural), cámaras y periodistas, etc…

Y mientras todo eso seguía con el circo habitual tras un suceso de esas características yo me fui a por un décimo de lotería. Este año todavía no había comprado ninguno (parece como si otros años fuera un ludópata, pero tampoco sería ese el caso) y después de todo un día que salvas la vida es un buen día para comprar un décimo, no?

lunes, 19 de diciembre de 2011

Agradable almuerzo

Como decía días atrás, bueno como un par de semanas, me falta todavía lo más importante de todo para el viaje de la Antártida: las botas, la ropa interior y los calcetines. Así que esta mañana me he tomado un momento para patearme las tiendas de material de montaña de la ciudad, pues el tema de las botas lo considero muy importante y no quisiera equivocarme de talla en esta elección (lo de perder dedos es algo a tener en cuenta, me parece)

Lo dicho, un servidor, ha pasado una plácida mañana mirando y probando botas. Pero al acabar estaba en la Barceloneta mirando una pequeña tienda cuando se me ha hecho la hora de comer. El olor de la sal del mar, la suave brisa fresca, el encanto de un barrio que tiene grandes contradicciones y el encanto de mucha historia me han dejado de un humor excelente. Y ya puestos he pensado que no tendría mejor opción que comer allí, en algún pequeño establecimiento a tocar del mar.

Y paseando, paseando me he encontrado con una pequeña taberna, con vistas al Mediterráneo y solo dos mesitas en la terraza. Que con el solecillo y la brisa fresca que pasaba me llamaban cual canto de sirenas y ante cuyo poder me he dejado seducir. Y menudo acierto. Ha resultado una taberna llevada por dos hermanos vascos nacidos en un pueblecito cercano a Bilbao, marinos de profesión durante muchos años y que desde hace unos años están afincados en Barcelona. Como estaba solo como cliente en el restaurante el camarero me ha ido dando conversación y entre bocado y bocado me ha ido deshilachando su vida. Historias y anécdotas, algunas quizás adornadas, otras verdad a medias, algunas reales como solo la vida puede serlo y otras quizá contadas como propias y vividas por amigos y compañeros, pero en cualquier caso todas interesantes y mágicas. Historias de marino, sueños, de tierras lejanas, de aventuras, de soledad, de amores y desamores. Quizá no de la mejor de la vidas, pero de la suya. Todas contadas con pasión y entre sorbo y sorbo de un vino blanco de la casa que no era precisamente malo. “Si no me lo bebería yo, no se lo daría a mis clientes” me decía, y a fe que bien se lo podía beber.

Ante todo quisiera aclarar que, por mucho que yo fuera el único cliente, apenas tenía 6 mesas dentro y dos en la terraza y de malo el restaurante no tenía nada. Entre pecho y espalda me he trincado una ensalada de cangrejo y almejas, una tapita pequeña de pulpito a la gallega (que pasa, cuando se relaja uno tiene sus antojos) y unas cocochas de merluza. Y tras tan agradable comida y tras pedir únicamente un café como postre el camarero me ha preguntado llanamente:

-¿Como estaban las cocochas, caballero?
-¡Deliciosas! Muchos ángeles se hubieran condenado por ellas.

Enorme ha sido mi sorpresa cuando se ha presentado con una tartaleta de crema con fresas y moras, un café y un copa de un orujo de hierbas diciendo que su hermano, el cocinero, halagado y divertido por la originalidad del piropo tenía en haber a invitarme a postres, café y copa a condición que aceptara tomarme el orujo con ellos. Condición a la que como se comprenderá no he podido negarme.

Un rato más tarde he recordado que tenía trabajo pendiente por entregar y que debía romper el momento para volver a la realidad y tras despedirme allí los he dejado, no como los camareros que parecían sino como lo que realmente eran. Dos viejos marinos, sentados los dos frente a una botella de orujo encima la mesa de la que buena cuenta hemos ido dando, con la vista perdida en el mar. En silencio, la vista perdida, con los recuerdos en el fondo de un vaso vacío. Echando de menos, quizá, la vida en el mar. Quizá amándolo y odiándolo como les ocurre a muchos marinos.

lunes, 12 de diciembre de 2011

La Conspiración.

Robert Redfort es uno de esos nombres de los grandes del cine que viene de Hollywood. Pero el caso de Redfort guarda ciertos paralelismos con el de Clint Eastwood, es uno de aquellos actores que se hizo famoso actuando… y descubrimos que era mucho mejor cuando se pasó al otro lado de la cámara. Además de ser dos personajes sin medio a comprometerse y a evaluar la sociedad (americana, es verdad).

Unos días atrás fui a ver su última película: La Conspiración. No hay miedo al spoiler puesto que es una película histórica que narra uno de los episodios más traumáticos de la corta historia de los Estados Unidos, el asesinato de Lincoln y el juicio posterior. Un auténtico thriller político-militar.

La historia es harto conocida y el planteamiento de la historia no es revolucionario, es verdad. Pero como suele ocurrir el cuidar los detalles es lo que marca la diferencia. Una fotografía y una iluminación magistrales. Unos decorados cuidados en extremo y un vestuario que a mí, que no soy un experto ni siquiera historiador, me resultó como poco tremendamente convincente.

Probablemente, muchos de los extras serán miembros de esas sociedades históricas tan celebres de las zonas interiores de los Estados Unidos que sería una gran manera de abaratar costes (recuerdo haberlo leído en una crítica, pero no está en mi conocimiento si realmente fue así o no). Lo que sí observé fue lo cuidado de los uniformes militares y las insignias de los personajes, incluidos los sutiles cambios entre la gradación de los generales. Teniendo en cuenta la temática de la historia y la cantidad de personajes de este tipo que circulan por la película (especialmente en un país en el que existe una gran tradición de recrear batallas históricas de la Guerra Civil Americana) habría sido una herejía no cuidarlo, pero no por ello sería precisamente fácil conseguirlo.  

Además James McAvoy brilla con especial intensidad. Ya no es aquel jovencito de la Habitación de al lado, ni de pequeñas producciones de la BBC. Tampoco aquel jovenzuelo que protagonizaba una historia menor en la gran serie bélica de Band of Brothers. Hoy es ya un gran actor con un soberbio registro interpretativo. Fue una suerte que me lo descubrieran y me obligaran a fijarme en la estela de este actor, porque seguro que nos dejará grandes interpretaciones en la historia del cine y esta sería una de ellas.

Oficialmente es solo una película histórica, pero en manos de Redford no puede vitarse el debate viendo este film de hasta donde un Estado de derecho puede llegar, para saciar su sed de venganza, a anteponer las libertades o derechos individuales a defenderse cuando se es acusado (justa o injustamente). Además, con la reflexión (extremadamente corta, simplemente dos frases) final pronunciada por el propio fiscal uno no puede evitar relacionarlo, sin que se cite que no deja de ser una película de época e histórica, con eventos muy recientes como Afganistan, Irak y Guantánamo.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Carta abierta a los Camisetas Naranjas.

En cuestión de días la Junta de Ayudar Jugando publicará los datos de estas jornadas y con total certeza, como cada año, nos mandará un mail de agradecimiento pero esta noche (y con el beneplácito de la junta, aunque no lo han leído) me gustaría compartir con todos vosotros un sentimiento.

Hoy no hablo solamente como socio de Ayudar Jugando, hablo también como voluntario y antiguo coordinador y todavía muy implicado en la campaña Un Nen Una Joguina, proyecto al que se destina parte de los fondos obtenidos en las jornadas.

Llevo mucho rato pensando en lo que escribir (el cansancio también hace mella, no mentiré) pero es que cuesta mucho plasmar en palabras lo que quisiera deciros, lo que quisiera daros. Son muchos años, muchas jornadas, mucho esfuerzo. Pero al final de todo, al acabar el día de hoy, no es con eso con lo que me quedo. Me quedo con un sentimiento de enorme gratitud.

Un amigo de hace muchos años me decía hace un rato que se había emocionado de verme tan contento cuando nos despedíamos al final de las jornadas para que pudiéramos recoger todo lo que había por recoger.

Estoy cansado y, debo admitir, yo también altamente emocionado así que perdonadme si entre la gran marea de actividades realizadas durante este fin de semana yo no me acuerdo de citar alguna. No es por faltar, ni ofender, ni por no valorar el trabajo hecho.

GRACIAS, al puesto de información por atender al personal y coordinar las actividades. Por ejercer de puesto de mando y demás tareas logísticas que seguramente no siempre resultan especialmente divertidas. Como pelearse con una impresora al final del día, por citar un ejemplo. Por su alegría, por sus sonrisas.

GRACIAS, a todo el personal de ludoteca. Por explicar juegos, por jugar, por los sorteos, por animar al personal, por… bueno, por ser el alma de la fiesta en la sala, no?

GRACIAS, a Ricard por firmar libros sin rechistar y junto con Chema y las azafatas (bueno, no sé si darles las gracias. Al fin y al cabo, han dejado en paz a Fiber…), a Chewbaca, R2 y los imperiales, por una de las subastas más divertidas que recuerdo. Ah, Chema, gracias también por la leche de coco!

GRACIAS, a los del torneo de Magic. Porque por atípico, por benéfico, por repartir premios por doquier, por entregado, por… en definitiva que por ser tan distinto de los torneos de Magic que había visto creo (opinión personal del autor de la carta) que es el mejor de todos ellos.

GRACIAS, a las magníficas cocineras que nos han cebado a lo largo del fin de semana. Sin obligarnos, claro. Simplemente tentando desde una esquina de la sala cual canto de sirenas con ciertos pasteles, galletas, magdalenas, café,  gofres… que despertaban el apetito. Creo que hablo en nombre de todos los asistentes cuando pido a la junta que considere seriamente convertir ese rincón de la sala en una tradición.

GRACIAS, a los valientes que sobrevivieron a las temibles hordas frikis atrincherados tras las barricadas de cajas de material que se debía vender. Por el buen humor… y por la paciencia en algunos casos. Vosotros ya sabéis de lo que hablo.

GRACIAS, a los fotógrafos y twitteros en general porque sin ellos no quedaría constancia de lo que hacemos (incluidas las locuras).

GRACIAS, a los mozos y mozas de carga que han montado y desmontado mesas y sillas, cargado cagas de ida y vuelto del almacén a las jornadas y viceversa.

GRACIAS, a todos los que han donado material para la tienda. Particulares, tiendas, mayoristas o distribuidores. A todos, muchísimas gracias. Y a los que han donado aportaciones económicas y sobretodo… a los que nos han donado su tiempo.

GRACIAS, a los que hicieron cola para conseguir el material para las subastas. GRACIAS, a todos los que donaron material para ellas… Y GRACIAS a Genís por soportar la presión y no desmayarse (lo siento, tenía que hacerlo ;-P).

GRACIAS, a los de la tirada de la Muerte Suprema (algún día os denunciarán por incitación a la ludopatía) (per mientras tanto… apúntame 4 tiraditas más).

GRACIAS, a los de las actividades de exterior (han sido muchas y me da un miedo terrible dejarme alguna, así que permitidme adoptar la solución políticamente correcta), a los máster de partidas de rol, de las demostraciones de juegos, de los juegos de tablero, de los sorteos.

GRACIAS, a toda esa gente que me sigue maravillando año tras año como se pagan un viaje para venir a pegarse el panzazo de trabajar que se pegan.

GRACIAS, a todos los que habéis trabajado en las distintas actividades durante el año!!!!

Esta es personal y él ya conoce el motivo. GRACIAS, a Marcos. Por cuidarme.

Y finalmente, pero no por ello menos importante, GRACIAS a los miembros de la junta. Porque ellos os dirán, y con razón, que sin ninguno de nosotros esto no se hubiera podido hacer. Nadie es imprescindible, pero si alguno de nosotros no hubiera estado allí algún detalle de los que hemos hecho hubiera quedado por hacer. Y es precisamente el hecho de estar todos allí lo que ha hecho de las Ayudar Jugando 2011 algo tan especial. Pero por mucho que os digan, ellos llevan muchos meses trabajando en esto a un nivel muy duro. Puede que no sean perfectos, el que esté libre de pecado que arroje la primera pierda, pero le ponen esfuerzo y dedicación. Y, si bien el grado de compromiso puede justificarse de alguna manera que pueda ser comparable, no lo es el grado de responsabilidad. Ellos son los que están intranquilos o duermen mal cuando algo no está del todo bien. Así que para vosotros el mayor GRACIAS de todos.

Una vez más disculpad si me he dejado a alguien en esta lista. Puede que no me haya enterado, puede que me haya olvidado. En cualquier caso os lo agradezco de todo corazón.

Hace meses que trabajamos ya para que la noche de Reyes lo menos niños posibles se queden sin juguetes, pero no sabéis la de sonrisas que esa noche repartiremos gracias a vuestro esfuerzo. Y me siento mal y algo egoísta porque yo sí tendré esa suerte después de meses de duro trabajo. Todos venimos porque lo que nos importa es pasarlo bien y sobretodo la sonrisa de un niño y centenares de niños sonreirán esa noche gracias a cada pequeño gesto que habéis hecho. Desde aquí invito a quien quiera a venir a ver/participar de la campaña así como me ofrezco para explicar con todo lujo de detalles nuestra actividad a la cual prestáis un vital apoyo.

Espero veros a todos el próximo año y desde aquí os mando el abrazo que todos os merecéis.

Marc “Krennaste” Travé Simón.
Excoordinador y voluntario de “Un Nen Una Joguina”
Socio de Ayudar Jugando.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Ayudar Jugando

Pues ya ha llegado, este es el esperado fin de semana de las Ayudar Jugando. Unas jornadas de rol, juegos de mesas, de estrategia y simulación con finalidad benéfica. ¿Que como pueden ser unas jornadas benéficas? Pues porque todo lo recaudado en la tiendas, las subastas y lo recaudado de las sesiones de rol se da a fines benéficos. De uno de los cuales os hablaré con mayor detalle cuando se acerque Navidad, que será cuando se hará.

De momento os invito a venir y participar de las jornadas. Habrá muchísima gente, aparte de unos maravillosos voluntarios venidos de toda la península (cada cual pagado por su propio bolsillo) para venir a pegarse un panzazo brutal de trabajo para que estas jornadas sean como ediciones anteriores un éxito tanto de calidad de oferta como de recaudación. Y desde aquí ya les doy públicamente las gracias antes del trabajo que van a hacer.

Podréis probar los juegos de mesas que deseéis, o pedir que os enseñemos tal o cual juego, participar de partidas de rol, torneos de softcombat, pujar en las subastas de material, participar en las Tiradas de la Muerte Suprema, el Torneo Topacio y muchísimas otras actividades y demostraciones de juegos.

Os dejo el link de la web donde tenéis toda la información de horarios y mapa del lugar: http://www.ayudarjugando.org/

Acabaré destrozado, lo sé, pero este es uno de esos fines de semana por los que me blindo la agenda. Por divertido, porque veo a un montón de gente de la que vale la pena y porque del trabajo sale se puede ayudar a mucha gente.

Nos vemos este fin de semana y recordad: Ayudar Jugando… por la sonrisa de un niño.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Sant Andreu Jazz Band

Ayer, día de San Andrés, la Sant Andreu Jazz Band (que lleva su nombre no por el santo directamente sino por el famoso barrio barcelonés donde nació y ensaya la formación que lleva el mismo nombre) actuaba en el Palau de la Música Catalana.

Con diez minutos de retraso las luces del Palau se apagaron y empezaron a desfilar por el escenario 20 niños, el mayor de ellos tiene apenas 16 años, y se situaron en sus respectivas sillas en posición clásica de orquestra de jazz. Y junto a ellos apareció el alma del conjunto, Joan Chamorro. Un músico, ayer mismo por la tarde lo comentaba con Carme, que quizá no sea uno de los mejores y que sin duda tenía poca notoriedad hace un par o tres de años pero que sin duda sabe cómo manejar a un grupo de pequeños genios de la música. El mérito en gran parte es suyo. El mérito de haber juntado un grupo de muy diferentes edades que se movían como una panda de amigos, que se arreglaban con la naturalidad de quién ha pisado ya muchos escenarios los micrófonos unos a otros durante los solos, las sillas, las partituras.

Admito que a todos ellos les queda un largo trecho para ser músicos profesionales, detalles de calidad, o para que la aventajada alumna Andrea Mottis sea comparable a los grandes del jazz tal como suelen compararla. Pero tienen madera. Madera y actitud. A la que sonaron las primeras notas consiguieron que me olvidara de su edad casi hasta el final del concierto.

Buen concierto acompañados de 4 grandes solistas como fueron Ricard Gili, unos siempre increíbles Wycliffe Gordon y Jesse Davis y un Terrel Stafford espectacular y que hasta ayer era para mí un completo desconocido pero del que me pienso conseguir la discografía completa en menos de una semana. Pero incluso ellos se vieron abrumados por el talento llevado con una increíble humildad de unos chavales que les hacían de orquestra y se alternaban con ellos los solos de los temas.

Me acordé mucho de ti Marta cuando una niña de diez años interpretó notablemente un tema de Ella Fitzgerald, que ella misma le propuso al director de la banda “porque la vio en youtube”. O como la niña de 6 años que se pasó la mayor parte del concierto sin tocar porque “solo se sabía algunas melodías” pero que arrancó el más cálido y cariñoso, a la vez que sorprendido, aplauso del público cuando compartió ser solista con Gordon y Davis. Viéndola allí, no midiendo mucho más que la trompeta que sostenía, entre aquellos dos gigantes (metafórica y literalmente hablando) del jazz alguien del público le gritó un “ánimo, que tu puedes con ellos” ante la sonrisa, quizá condescendiente, de todos los presentes. Sonrisa de la que se nos esfumó la condescendencia  de la cara en cuanto la oímos tocar. Y tan mona ella, cuando acabó la pieza simplemente se volvió para su sitio al fondo de la formación, sin tan siquiera esperarse a saludar ante la atónita mirada de sus compañeros de solo.

Veinte niños. Veinte entusiastas del jazz que pese a su corta edad pusieron en pie en su primera actuación en solitario en el Palau a todo un público, a su director y a cuatro grandes músicos que acabaron rendidos antes su entusiasmo, talento, humildad y gracia infantil con la que nos enamoraron a todos.

Leía esta mañana en una crónica que Chamorro, con mucha vista, convenció a los artistas invitados mandándoles un link con un vídeo de una actuación de la banda en directo con un simple mensaje que decía: Si con esto no os puedo convencer, no tengo más argumentos. Vinieron. Por algo sería.

Quizá no son todavía los grandes entre los grandes músicos del jazz como algunos periodistas les catalogan, pero viéndoles queda claro que miente quién dice que el jazz no tiene futuro o no puede captar a nuevos adeptos. Quizá solo algunos, o ninguno, se dedicará profesionalmente a la música. Pero de momento eso que se llevan, y mientras tanto, nosotros a disfrutar.